
Preparado de ron, canela y piel de limón, al que no tienes que añadir nada más que café para disfrutar de un rico cremaet en casa.
9,75 €
Si eres de los que disfrutan de un buen cremaet después de comer o en el esmorzaret del domingo, Sant Cremat te lo pone fácil. Nada de andar quemando licor con azúcar y especias, aquí ya está todo hecho. Abres la botella, echas un poco en el vaso, añades el café y listo.
Está elaborado con ron de calidad, canela natural y piel de limón, que son los tres ingredientes básicos de cualquier cremaet valenciano que se precie. El resultado es ese sabor tradicional que conoces, pero sin tener que montar el numerito del flambeado cada vez que te apetece uno.
Ron – La base de todo buen cremaet. Le da ese punto cálido y suave que complementa perfectamente con el café.
Canela – Aporta ese toque dulce y especiado tan característico. Sin pasarse, en su punto justo.
Piel de limón – El toque cítrico que equilibra todo y le da frescura. Fundamental para que no resulte empalagoso.
Pon unos 40-50 ml de Sant Cremat en un vaso. Haz un café bien cargado y viértelo despacio ayudándote de una cucharilla para que no se mezcle todo de golpe. Así te quedan las tres capas típicas del cremaet: el licor dorado abajo, el café negro en medio y la cremita arriba. Puedes decorarlo con una ramita de canela o un par de granos de café si te quieres lucir.
Por si no estás familiarizado con esta bebida, el cremaet (que en algunas zonas llaman carajillo quemado o quemaito) es la forma valenciana de terminar una comida. Básicamente es café con ron, pero con el añadido de quemar el licor con azúcar, canela y limón antes de mezclarlo con el café. Ese proceso de flambeado le da un sabor más complejo y caramelizado que un carajillo normal.
Es el remate perfecto del esmorzaret valenciano, ese almuerzo de media mañana que aquí es toda una institución. Te sientas en la terraza del bar, pides tu plato y cuando terminas, llega el momento del cremaet. Conversación, sobremesa larga y ese vasito caliente que cierra la faena.
Tradicionalmente los camareros lo preparaban delante de ti en una cazuela de barro, todo un espectáculo. Pero seamos realistas: no siempre tienes tiempo ni ganas de ponerte a quemar licor. Por eso está Sant Cremat, para que puedas disfrutar del mismo sabor en casa sin líos.
LO QUE HA UNIDO SANT CREMAT, QUE NO LO SEPARE NADIE.
Si eres de los que pide cremaet siempre que puede, ahora lo tienes fácil para tomarlo en casa. Una botella en la despensa, buenas cápsulas de café, y a disfrutar cuando te apetezca. Sin esperar colas en el bar, sin depender de nadie, con el mismo sabor de siempre.

